ENTRESEMANA
❍ De cómo joder al vecino

La iniciativa del jefe de Gobierno de la Ciudad
de México, Miguel Ángel Mancera, y del PRD y Morena, para legislar en materia
de un gravamen a la plusvalía de la vivienda en la capital del país, tiene un
alto condimento electorero que entraña la básica mecánica de joder al vecino y
cómo impulsar en el Congreso Constituyente una puntada.
Por supuesto, la reacción de los capitalinos y
de las dos principales fuerzas políticas de México reaccionaron, como era
obligado, frente a este asunto que nos imagina la praxis de Antonio López de
Santa Anna en la aplicación de impuestos inverosímiles, como el de gravar el
número de ventanas, balcones y puertas de las viviendas en México.
Las urgencias de recursos obligaban a esa
exagerada condición tributaria que, por supuesto, fue rechazada por los
mexicanos de aquellos días, sin duda no por aquellos miserables que no eran
dueños de las casas en las que vivían, pero que si afectaba a clases medias,
altas y bajas que contaban con algún inmueble.
Impopular, sin duda, López de Santa Anna nunca
pudo consolidar esos impuestos. Pero, si en la época decimonónica fallaron
tendencias impositivas para alimentar las arcas públicas, hubo espacios en la
primera mitad del siglo pasado para encauzar un sistema tributario que
arrastramos hasta los tiempos actuales con todo tipo de mecanismos para sangrar
al causante cautivo.
ISR, IVA, IEPS y otros impuestos allegan
recursos de manera constante al erario federal y estatal. Pero, son impuestos
que, sin duda, tienen un fundamento como el predial. Pero eso de los nuevos
impuestos y más cuando se trata de verdaderas puntadas populacheras y
electoreras, simplemente llaman a algo más que risa y pueden costar el futuro
político de quienes las impulsan.
En este caso, el jefe de Gobierno de la Ciudad
de México retiró la propuesta de cobrar un impuesto a la plusvalía de los
inmuebles porque, amén de inquisitoria y electorera, le ganó en poco tiempo el
rechazo general; reitero, quizá no de quienes han pasado a formar parte de la
clientela electoral de Morena y del PRD, que en buena parte carece de
propiedades y, por ende, están exentos de ese tributo.
Y, mire usted, la triada Mancera-PRD-Morena,
dio elementos para que el PAN y el PRI montaran una campaña para descalificar
aquella pretensión tributaria tipo Santa Anna.
Veamos. Por ejemplo, el dirigente nacional del
PRI, Enrique Ochoa Reza, dijo que el partido garantizará el derecho a la propiedad
privada en México y rechazó a la propuesta impulsada por el PRD, Morena y
Mancera en la Ciudad de México, “que busca afectar el patrimonio y la
plusvalía”.
¿Quiere batalla partidista y electorera el PRD
junto con Mancera y Morena? Pues ya la tienen desde ayer, porque Ochoa Reza
llamó a cerrar el paso a este tipo de propuestas por considerar que “sólo
pretenden despojar a los particulares del legítimo derecho que tienen del uso, goce y disfrute de sus bienes inmuebles”.
Y adelantó que el garantizará que en ningún
otro estado de la República se pretenda aprobar una propuesta similar como la
que ahora se ha presentado por el PRD y Morena, y se está discutiendo en la
elaboración de la primera Constitución de la Ciudad de México.
Y para que quede claro el tamaño de la ofensiva
priista en este tema, sin duda alguna electorero, Ochoa Reza urgió:
"Debemos cerrarle la puerta a este tipo de propuestas que sólo pretenden
despojar a los particulares del legítimo derecho que tienen a disfrutar de la
plusvalía, al comprar y vender un bien inmueble".
Cualquier propuesta de este tipo, advirtió
Ochoa Reza, es insostenible en un régimen democrático. Las medidas que combatan
la desigualdad deben existir, pero sin afectar el derecho a la propiedad
privada.
En tanto, el PAN en la Cámara de Diputados
sostuvo que la propuesta para que el gobierno de la Ciudad de México se quede
con la plusvalía de las viviendas, “aniquila el mercado inmobiliario”.
En voz del diputado federal Jorge Triana Tena,
la bancada del PAN consideró que se carga un nuevo impuesto a los ciudadanos,
lo cual significa un embargo a la plusvalía inmobiliaria y un atentado a la
propiedad privada.
“Presenta serias deficiencias de carácter
constitucional, porque (los ciudadanos) ya están pagando un impuesto al predial
y hay un catastro de por medio. Es una doble tributación de carácter
inconstitucional”, explicó.
Recordó que Miguel Ángel Mancera Espinosa,
pidió el martes a la Asamblea Constituyente retirar el artículo 21, inciso,
numeral siete, del proyecto de Constitución capitalina, que propuso, para
evitar confusiones, ya que “no se creará ni cobrará ningún nuevo impuesto” en
materia de vivienda.
Pero, la Asamblea Legislativa de la Ciudad de
México aprobó la Ley de Vivienda de la Ciudad de México, en la que se establece
la aplicación de mecanismos para la captación de plusvalías generadas por las
acciones urbanísticas.
Explicó que lo de la plusvalía significa que,
por conceptos de mejoramiento urbano de parte del gobierno de la Ciudad de
México, si se aumenta el precio de un inmueble, este remanente de precio podrá
ser embargado y captado por el gobierno de la capital.
Sin duda, la triada que impulsó ese impuesto
–se quede o no, se aprueba y concrete o no—simplemente aportó elementos
electorales al PRI y al PAN. Y todo por querer joder al vecino con un impuesto
impopular. ¿O fue lapsus? Conste.
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